Y por fin ocurrió. La dinastía taronja, dueña y señora del baloncesto español en los últimos años, ha encontrado el que puede ser su talón de Aquiles, o eso parece. Después de mucho esfuerzo el Perfumerías Avenida ha dejado atrás su complejo de segundón y ha dado un paso adelante. Ya lo venía avisando verano tras verano, pero por fin se ha destapado como la verdadera alternativa al Ros Casares.
Un partidazo con todas las letras. Lleno absoluto en una Fonteta, que presenció como su equipo caía por primera vez en cuatro años en la Supercopa. Y buena parte de culpa la tuvo nuestra nueva y flamante española, Sancho Lyttle, MVP de la final y que ya muestra su ambición: “Queremos el triplete”. Toda una declaración de intenciones.
El encuentro, como viene siendo habitual entre estos dos equipos, tuvo todos los alicientes de una gran final: un público entregado, tensión, piques, momentos de calidad, imprecisiones… pero sobre todo brilló por el homenaje a las ocho jugadoras que consiguieron la medalla de bronce en el Mundial.
A pesar de la victoria del Perfumerías, fue el conjunto de Jordi Fernández quien mandó en el electrónico los primeros veinte minutos del partido. Pero los despistes defensivos de la zaga valenciana en el último cuarto, los aprovecharon las perfumeras para conseguir una ventaja de 10 puntos, que fue insalvable. Lyttle y de Souza lideraron la victoria de las salmantinas, que después de cinco finales de la Supercopa consiguen enmarcar su nombre en un trofeo de tan sólo 8 años de vida. Cómo se suele decir, ¡a la quinta va la vencida!.
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